Mi regreso a Venezuela

Con el corazón contento y después de dos años regresé a mi país! Así lo encontré…

Al momento del aterrizaje y tocar tierras venezolanas fue inevitable no llorar de alegría. Me volvía a recibir el país en el que me crié y en donde aprendí a ser quien soy. Una persona alegre, amigable y con espíritu. Era una emoción inigualable, era una sensación en el cuerpo como si estuvieras reencontrándote con un amigo perdido o un familiar que tenías mucho tiempo sin ver.

“Venía con muchas expectativas, obviamente NO altas”.

Después de dos años, pisar el aeropuerto de Maiquetía se sentía rico a pesar de las demoras en los carruseles de las maletas. La gente que estaba a mi alrededor que venían en el mismo avión se sonrían unos a otros como si estaban viendo amigos de toda la vida. Cuando se vive afuera es difícil coincidir con un grupo de gente medianamente grande que sean venezolanos. Por eso desde ahí esperando la maleta ya sentías que la persona de al lado era tu pana.

Luego de una larga espera agarré mi equipaje y me fui rumbo a la realidad…

El Encuentro 

Abrazar a mi familia fue algo delicioso, volver a ver a mi mascota no tiene descripción alguna. Reecontarme mejores amigos fue y seguirá siendo increíble, “porque todavía no los he visto a todos”.

Vecinos queridos y gente bonita aun me sigo encontrando. Me siento en casa con la comida divina que volví a probar de mi mamá (que es especial, única y sabe a amor). Entrar al que fue mi cuarto cuando estaba pequeña me trae muchos recuerdos. Me permite conectarme con mi pasado y darme cuenta de cuanto he crecido hoy.

“Esa niña que jugaba con Barbies dentro de estas cuatro paredes, aunque ya no vive aquí, siempre sentirá que su espíritu estará aquí. Mis raíces están aquí conectadas a esta tierra y sus espacios”.

Después de mi bienvenida, llegaría el momento que yo más estaba esperando que era ir al MERCADO. Yo quería ver con mis propios ojos lo que durante años estuve viendo en fotos, noticias y titulares.

Mi primera vez en un mercado

Una de las cosas que más me generaba intriga y expectativa era esta. Por suerte, todo fue un poco diferente al anaquel vacío que yo esperaba encontrar. Encontré mas productos que hace dos años, pero súper costosos.

De hecho, no vi gente con carritos full de comida. Yo no soy política ni se de economía. Ahora me encuentro confundida. No entiendo como hace la gente que gana un sueldo mínimo. Me gustaría que comentaran abajo y me dieran su opinión.

Venezuela se siente diferente a lo que yo me imaginaba o viví hace dos años. Yo siento que la gente está sobreviviendo pero también se que otros pierden la batalla en un hospital o en manos de la delincuencia y eso me hace sentir muy impotente.

La gente está más unida

La gente está apoyándose y motivándose unos a otros. La gente tiene esperanza y yo particularmente siento que la mala vibra que se decía que las personas tenían ocasionada por la crisis esta quizás sintiéndose menos en la calle.

Esto es solo mi percepción. De una persona que dejó su país hace un poco más de dos años. Esa ha sido mi realidad desde que llegué. Es posible que con el pasar de los días empiece a cambiar y a tomar diferentes perspectivas de la situación. A mi gente siempre le digo que tengan FE y positivismo. Las cosas van a cambiar pronto. Pero sobretodo formemos juntos una barrera energética y sigamos apoyándonos entre todos.

Cumpliendo mi tercera semana

 Hoy me siento diferente. He tenido que cambiar un poco mi dieta. No estoy dejando de comer, pero siento que como menos. Trato de no dejarme dominar y caer en desesperación porque los que me rodean siempre se sienten decaídos y frustrados por la situación. Trato de dar ánimo posiblemente para darme ánimo a mí misma.

“Después de varias semanas ya uno se adapta y resuelve”

Buscando aportar para ti y para los demás

Pienso que es importante para los que estamos en Venezuela en estos momentos buscar mantener la mente ocupada y hacer algo positivo en el día. Si sales a la calle intentar dejar un mensaje o acción positiva; alimentar esperanzas y fuerza. Darnos ideas entre nosotros mismos; ayudar a tu vecino preguntándole como está, qué necesita y de repente hacer uno que otro trueque. Desde que estoy aquí no hemos conseguido aceite para cocinar (como uno de tantos productos que no se consiguen), el único aceite que se consigue es de oliva a partir de los 5.000 Bs en adelante y no es muy grande entonces en estos días una amiga de mi mamá nos dio un pote que ella tenía y nosotros le regalamos uno de harina que nos sobraba.

Así estamos… Me siento tranquila porque gracias a dios mi familia no está tocando la crisis a fondo como se de otros que sí lo están y comen mango diariamente porque no tienen el poder adquisitivo para comprar comida debido a lo excesivamente costosa que es.

“Pido a Dios y al universo que pronto podamos salir de esta crisis”

Si tenemos la oportunidad de ayudar a alguien cercano es válido; preocupémonos por la persona que tenemos al lado.

Este post posiblemente continuará…

Los quiero!