Ser un inmigrante

Ser un inmigrante es ser valiente.

Llegar a un país que no es suyo se siente como si a los 2 años de edad lo arrancaran de los brazos de su mamá y lo entregaran a otra familia.

Usted podrá tener la edad que quiera, ser un adolescente o un adulto mayor, de igual forma usted va a extrañar su tierra; su gente; su comida; sus amigos y quien sabe cuanta cosa más.

Ser un inmigrante es empezar de cero en un país que no es suyo, al lado de una gente que no se parece a usted.

Es tener que bajar la cabeza muchas veces y respetar, aunque no le guste el sistema.

Ser un inmigrante es sinónimo de adaptación y nada más.

Usted va a aprendiendo día a día como niño chiquito cosas tan simples como aprender a cruzar las calles.

Ser un inmigrante es una alegría de tísico, es decir una alegría pasajera, que con el tiempo se va transformando.

Usted al principio se sentirá como un turista y luego pasará a ser uno más del montón.

Pero,

Migrar a un país del cual usted no es originario lo enseñará a,

No desmayar,
A seguir preparándose,
A saber darle una buena sonrisa al pasado para no morir en los recuerdos,
A disfrutar el presente,
A descubrir en qué tipo de sociedad quiere vivir,

¿Fácil?
Pues, no, no es fácil, pero se puede lograr y se aprende a querer al país que lo recibe a uno como si fuese suyo.

Todos deberíamos experimentar esto alguna vez en la vida porque se aprende a valorar y a extrañar cosas que en un momento dimos por sentadas.

“Dedicado a todas las personas valientes, en especial a las de mi país Venezuela, que migran por la razón que sea”.

📌La foto de portada fue tomada desde la ventana de mi primer apartamento en el extranjero (Alemania) 💭🏡💚❄️